Se trata de piezas de joyería personalizadas que incorporan una pequeña cantidad de las cenizas de un ser querido fallecido. Esta forma de recuerdo permite a los deudos mantener una conexión física y emocional con el difunto, a través de un objeto que puede llevarse cerca del corazón o visualizarse diariamente. Estas joyas se elaboran con el respeto y la delicadeza que el tema merece, ofreciendo un homenaje único y personalizado.